lunes, 27 de abril de 2015

El uso excesivo de dispositivos táctiles y sus riesgos en los más pequeñitos.

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Foto: @soymamalulu.
En la actualidad, la tecnología se ha apoderado de los juegos infantiles, ya no es común escuchar entre los niños "Vamos a jugar a la Ere","Ven y te enseño Mesú" o buscando tizas para pintar un Pize y empezar a jugar. Estos juegos tradicionales, además de distraer a nuestros pequeños, tienen una razón de ser. Mientras corren jugando a la Ere, desarrollan su motricidad gruesa; si escogen jugar Mesú, cantando y movimiento sus manos estarán mejorando su coordinación y lenguaje verbal. En el caso del juego de Pise, se trabajan áreas como el equilibrio y las reacciones de enderezamiento.

Sin darnos cuenta, de niños estábamos desarrollando múltiples áreas a través del juego, cosa que hoy en día no pasa con la mayoría de la población infantil. Según el último informe de Common Sense Media, un ONG de EEUU preocupada por el bienestar infantil, 1 de cada 3 niños ya utiliza dispositivos móviles (celulares y tabletas) antes de aprender a hablar. 

El uso excesivo de dispositivos táctiles puede generar problemas que van desde la postura, alteraciones del lenguaje y retraso en el desarrollo psicomotor. Según Lindsay Marzoli, Terapeuta Ocupacional del Learning and Therapy Corner en Maryland, EEUU, "el uso excesivo de estos dispositivos puede causar retraso en las habilidades de la escritura, debido a que cuando se utilizan pantallas táctiles, los niños no están fortaleciendo los músculos necesarios para la escritura, especialmente en manos y dedos". Debemos tomar en cuenta que todo exceso hace daño, nuestros hijos pueden disfrutar de la tecnología pero con medida.

La Academia Americana y Canadiense de Pediatría recomienda que los bebés de 0 a 2 años no deben tener contacto alguno con la tecnología, en los niños de 3 a 5 años debe ser restringido su uso a una hora al día, y en los niños de 6 a 8 años la restricción debería ser de 2 horas al día. 

Además, se suman otros riesgos como lo son la obesidad infantil debido al sedentarismo, alteraciones en el sueño, conductas agresivas, exposición a la radiación, falta o déficit de atención, entre muchos otros. Es importante que los niños jueguen en diferentes entornos, ya sea en la playa, el parque o la montaña, que disfruten de nuevas experiencias y conozcan los juegos de la época de sus o padres o abuelos; además de fomentar la tradición, estamos favoreciendo el crecimiento de un niño sano en cuerpo y mente.

     Autora: Yirka Requena/ Fisioterapeuta.
   Este artículo fue una colaboración en la pagina web: www.soymamalulu.com

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